08 noviembre 2012

La Montaña herida



Hace mucho, mucho tiempo... en un abrupto paraje de paredes calizas, un viejo camino bordeaba un río, el Cares. Llegó la primavera del año 1916 y comenzaron en ese lugar a construir un canal de agua, que discurriría a lo largo de la impresionante garganta rocosa que separa las vertientes leonesa y asturiana del Parque Nacional de Picos de Europa.
 
 














La labor hercúlea de 2.000 hombres posibilitó la ejecución de este desafío titánico contra la naturaleza: una obra descomunal realizada a 240 metros sobre el nivel del río. Dinamita, mecha, detonadores, cemento, madera, sacos de grava por cientos y víveres eran trasladados en caballerías por las enriscadas montañas. El objetivo del canal era abastecer la central hidroeléctrica de Poncebos, pero el transporte de los materiales para levantarlo obligó a ampliar el viejo camino de cabras que finalmente, a partir de 1945, se convertiría en la senda que hoy es visitada por decenas de miles de personas cada año.

"GARGANTA DIVINA"

No ha sido fácil conciliar el sueño... lo que sus padres les habían contado antes de irse a dormir preparándoles para el día siguiente, les ha llenado de intriga: Iban a atravesar una montaña herida con una garganta divina... No se podían imaginar lo que les esperaba.
Poco después de amanecer se despidieron del guardés del refugio de la Terenosa e hicieron el camino de vuelta al coche. Estaban espectantes y de nuevo llenos de energía. Los padres sonreían, esta vivencia no la iban a olvidar jamás y lo más importante... el gusanillo de la aventura ya se les había metido dentro.
Llegaron pronto a Poncebos y se pusieron en camino. Esta vez sin mochila. Empezaron a subir poco a poco pero sin tregua y sin hablar. Lo que veían eran paredes de roca enormes y atravesándolas pequeñas lineas como cicatrizes.
  


Empezaban a entender... era impresionante, incluso daba susto mirar hacia abajo por donde discurría el río. 


 
Al rato llegaron al collao donde había casas en ruinas. Sus padres les explicaron que allí habían vivido los trabajadores que construyeron el camino hacía ya casi 100 años... continuaron caminando, escuchando el relato.



Supieron del esfuerzo de tantos hombres para excavar en la roca y explosionar con dinamita abriendo brechas. Que los operarios dormían en los túneles que iban terminando y que había sido durísimo trabajar allí... Ellos estaba atravesando aquellos túneles y parecían revivir la historia sólo con la imaginación.  



La ruta transcurre en todo momento a decenas e incluso algún centenar de metros sobre el río Cares, pegada a la pared.


Sin darse cuenta han aprendido tantas cosas... y disfrutando de todo un espéctaculo de formas en las piedras, paredes, canales, cortados y barrancos por lo que también entienden que a esta garganta del Cares, le llamen "La Divina" por aquello de que en sus zonas mas estrechas hay que levantar mucho la vista para poder ver el cielo... 

Entretenidos, los 12 Km. parecen un cómodo paseo hasta Caín. Merecen un premio: el helado más grande que puedan encontrar... Repiten la ruta a la inversa y ya de vuelta en el coche, cansados y deseando contar todo lo vivido en casa, enseguida se duermen y sueñan... con la próxima aventura...


Fuentes de información:
Hemeroteca Diario de León. 19/04/2012. La Montaña Sometida - M. Romero.
Fotos editadas por Holidays Asturias de José Ramón Lueje y pertenecientes al archivo familiar.